Los gritos activan los mecanismos de defensa de nuestro cerebro porque vemos amenazada nuestra armonía. Por eso te pones nerviosa cuando tus hijos gritan. Es normal que los gritos de tus hijos te vuelvan loca.
Necesitas trabajarlo para que esos gritos dejen de ser las típicas situaciones generadoras de nervios que te hacen saltar y desbordarte.
Comprender la situación y el por qué tu hijo actúa de esa manera hará que puedas gestionarla mejor y más tranquila.
Los datos aportan tranquilidad a nuestro cerebro y eso ayuda a que deje de vivir esa situación como una amenaza.
Pero para que tus hijos dejen de gritar necesitas saber cómo puedes ayudarles. Saber qué hay detrás de los comportamientos te ayudará a poder encontrar soluciones reales y efectivas.