Capacitar a nuestros hijos los hará más felices, ¿cómo lo hacemos?

Cuando nos convertimos en padres se despierta en nosotros un gran sentimiento de protección. Creo que una de las cosas más complicadas que tiene la crianza es «soltar» y dejar libertad a los pequeños. Nos sale la madre leona que llevamos dentro y queremos tenerlo todo controlado para que nuestros hijos no sufran. Esto nos lleva a que en demasiadas ocasiones hacemos las cosas por ellos y no les dejamos ni intentarlo. Para aprender es necesario practicar y nuestro deber es enseñar y capacitar a nuestros hijos para que puedan afrontar la vida.

Sin darnos cuenta, dejándonos llevar en ocasiones por el miedo y otras veces por las prisas que llevamos, nos olvidamos que los niños están aprendiendo. Nuestros hijos acaban de empezar a vivir y necesitan tiempo y practica para desarrollar las habilidades. Nosotros como padres debemos ser sus mejores acompañantes y alentarles para que crean y sepan que pueden conseguir lo que se propongan. Capacitar a nuestros hijos nos lleva a tener que luchar con nuestros miedos y eso no siempre es tarea fácil…

Cómo podemos capacitar a nuestros hijos
  • Involucrarles en las tareas de casa: Los niños desde que son muy pequeños pueden ayudar en casa, por ejemplo llevando el pañal a la basura o la ropa al cesto. Son pequeños actos que hacen que él vaya sintiendo que puede hacer cosas por si mismo y que además le hacen sentirse parte de familia.
  • Que vayan asumiendo responsabilidades: A medida que van creciendo los niños necesitan tener responsabilidades para desarrollar su capacitación. Ser responsable de alguna de las tareas del hogar hace que los más pequeños refuercen su autoestima, primero porque mi entorno confía en mí y segundo porque voy adquieriendo confianza en mí mismo al ver que soy capaz de lograrlo. No tienen que ser grandes responsabilidades y debemos tener presente que tienen que ser acordes a su edad. Por ejemplo en casa algunas de las responsabilidades de los niños son: Encargada de quitar el lavavajillas y poner las cosas fregadas en su sitio (6 años) y encargado de que llevamos agua cuando salimos de casa (3 años) 🙂 Las responsabilidades pueden ir varian y cambiando, debemos observar a los pequeños e ir viendo si se sienten cómodos con lo que están haciendo.
  • Estando a su lado y acompañándoles: A medida que nuestros hijos van aprendiendo habilidades es muy común que necesiten aliento. Es importante que nos tengan cerca y que sepan que pueden contar con nosotros. No es fácil aprender una destreza nueva, igual que alentamos a nuestro bebé para que gatee debemos animar a nuestros hijos a que sigan practicando, a que se esfuercen y a que crean en ellos mismos. Acompañar a nuestros hijos mientras aprenden a vivir creo que es una de las tareas más complicadas… Es ACOMPAÑAR no hacer por ellos y es ALENTAR no alabar (en este post de instagram te explico la diferencia) 😉
  • Dejándoles hacer: Este creo que es un punto esencial a la hora de capacitar a nuestros hijos. Debemos dejar que ellos experimenten y realicen las cosas para que puedan aprender a hacerlas. Si no dejamos que los niños lleven un vaso de leche porque se les puede caer, ¿cómo aprenderán a llevarlo? Muchas veces no damos la oportunidad a nuestros hijos de practicar habilidades pero cuando crecen queremos que las tengan… No dejamos que los pequeños opinen pero luego queremos que en la adolescencia tomen buenas decisiones, ¿cómo lo van a hacer si no les hemos dejado practicar?
  • Dejando que se equivoquen y que aprendan de sus errores: Sí, soy madre y se lo difícil y complicado que es dejar que tu hijo se equivoque, pero las mejores enseñanzas salen del «ensayo y error». En este sentido tenemos que tener muy presente que no podemos regañar o penalizar a nuestro hijo por ese error. Lo importante de este punto es centrarnos en la búsqueda de soluciones. Las equivocaciones son grandes momentos para aprender y si enseñamos y fomentamos esto en nuestros hijos serán capaces de desarrollar, por ejemplo, una mejor gestión de la frustración. Cuando nuestro hijo no tome una buena decisión, en vez de centrarnos en lo que ha hecho mal, prueba a preguntarle: ¿Cómo crees que podríamos hacerlo la próxima vez? Si es el propio niño el que busca las soluciones aprenderá a que hay diferentes formas de hacer las cosas y está sacando un aprendizaje de la situación.
  • No etiquetando a los niños: Una de las cosas que más coarta el desarrollo de sentirte capaz es que te pongan una etiqueta. En el momento en el que etiquetamos a un niño, este deja de tener interés por esforzarse en hacer las cosas de otra manera. Se interioriza la forma de ser que nos han «impuesto» y se asume «yo soy así», ¿para qué voy a actuar de otra forma? Ningún tipo de etiqueta es beneficiosa (ni las catalogadas como «buenas»), limitan la forma de ser a un solo patrón y son muy perjudiciales en los niños. El post Etiquetar a los niños: ¿Por qué no debemos hacerlo? explica más en profundidad la repercusión que puede tener en ellos.

Como padres tenemos la obligación de «preparar» a nuestros hijos para la vida. La mejor forma de hacerlo es dandoles herramientas para que ellos mismos puedan desenvolverse en ella. A vivir solo se aprende viviendo, que no nos de miedo que nuestros hijos vivan y experimenten. Si lo piensas bien, ¿qué mejor momento para «probar» que estando a nuestro lado? Nuestra labor como padres es ser los entrenadores de vida de nuestros hijos no vivir la vida por ellos 😉

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