Cómo fomentar la autonomía y la responsabilidad

Para poder desarrollar responsabilidades y comenzar a contar con autonomía, nuestros hijos necesitan que confiemos en ellos y que les demos la oportunidad de hacer cosas. El mejor aprendizaje se desarrolla con la práctica. Además los niños desarrollarán una buena autoestima descubriendo que no pasa nada por equivocarse, forma parte del proceso de aprendizaje. Fomentar la autonomía es una pieza clave para que los niños comiencen a responsabilizarse.

Muchas veces, por falta de tiempo, hacemos nosotros las cosas por los niños, a pesar de que están preparados para poder hacerlo ellos. La destreza en según que situaciones se va adquiriendo poco a poco y nosotros sacamos muchos años de ventaja a nuestros hijos. Quizá las mañanas no son el mejor momento para iniciar una nueva habilidad pero seguro que puedes encontrar otros momentos del día en el que ir practicándola o quizá podéis levantaron un poco antes para dejar que el niño pueda contar con el tiempo que él necesite.

La realidad es que si no dejamos que nuestros hijos practiquen y hagan las cosas por si mismos será muy difícil que aprendan. Debemos comenzar a «soltar» y fomentar en ellos la autonomía. También es muy saludable (y les encanta) que tengan responsabilidades. Piensa que un niño con 12-18 meses puede llevar su pañal a la basura, para él será toda una hazaña y estarás fomentando la colaboración y la responsabilidad en esa pequeña parcela.

Para que se desarrolle esa autonomía y esa responsabilidad es fundamental que dediquemos tiempo a enseñar esas nuevas destrezas. En el caso del pañal, enseñaremos al niño donde se tira y luego le acompañaremos para que sea él quien lo tire. Mostramos y enseñamos el aprendizaje hasta que el niño lo haya adquirido.

Cómo fomentar la autonomía

Los niños son grandes colaboradores y si desde pequeños les dejamos participar en las tareas irán desarrollando y adquiriendo las destrezas para poder realizarlas. El primer paso para fomentar la autonomía en nuestros hijos es la CONFIANZA. Debemos confiar en ellos y en sus habilidades. Confía en que pueden hacerlo, rebaja tus expectativas al máximo y sube tu confianza todo lo que puedas. Cuando un niño siente la confianza de sus padres tiene la tranquilidad de intentar y probar cómo se pueden hacer las cosas. No tiene miedo a equivocarse y siente el aliento que da el «tu puedes».

Para poder fomentar la autonomía es necesario TIEMPO. Nuestros hijos necesitan probar diferentes formas de hacer las cosas, igual que necesitan observar varias veces cómo se hace algo para poder aprenderlo. «Roma no se conquistó en una hora» y ninguno hemos nacido sabiendo. Cualquier aprendizaje necesita su proceso y la infancia es el momento de mayor aprendizaje de nuestra vida. No forcemos, ni metamos prisa, cada niño tiene su ritmo y sus necesidades.

Para ayudar a nuestros hijos en esas nuevas destrezas no se nos puede olvidar la PACIENCIA. Para nosotros es muy sencillo llevar un vaso de agua sin derramarlo o abrocharnos un botón pero debemos ver esas situaciones desde los ojos de un pequeño que quizá no lo ha hecho tantas veces como tu… Enseña a tu hijo, muéstrale como se hace, explícale que ocurre cuando, por ejemplo, se vuelca un vaso y sobretodo repítelo las veces que sean necesarias.

Y por último, algo fundamental para fomentar la autonomía es VER LOS ERRORES COMO GRANDES OPORTUNIDADES DE APRENDIZAJE. Si cuando tu hijo se equivoca o comete un error lo que recibe es una reprimenda no tendrá ganas de volver a intentarlo. Los errores forman parte del aprendizaje y gracias a ellos aprendemos a cómo no se deben hacer las cosas. Cuanto tu hijo cometa un error anímalo a volver a intentarlo, sacar juntos un aprendizaje de ello y asegúrate de que sabe que continuas confiando en él y en que va a conseguirlo.

¿Sabes lo que le dijo Thomas Alva Edison, el inventor de la bombilla, a un periodista cuando le dijo que había fracasado casi mil veces? Te lo cuento en este post de Instagram

Desarrollar la responsabilidad

El que nuestros hijos desarrollan el sentido de la responsabilidad es fundamental para su crecimiento y para su aprendizaje. Muchas veces pensamos que son muy pequeños para responsabilizarse de nada y vamos detrás de ellos continuamente para que hagan las cosas. No es necesario que les exijamos ser responsables, ni que les obliguemos a ello, resulta mucho más sencillo si vamos fomentando en ellos la satisfacción que supone formar parte de la responsabilidad familiar.

Cuando son pequeños, a medida que van desarrollando las habilidades que fomentan y desarrollan la autonomía podemos ir delegando en ellos pequeñas responsabilidades (tirar su pañal, llevar la ropa sucia al cesto/lavadora, recoger sus juguetes…) y a medida que van creciendo vamos sumando más. En este caso es fundamental que tengamos en cuenta la etapa evolutiva del niño y que observemos que está preparado, porque sino puede ser muy frustrante tanto para él como para nosotros.

Cuando el niño es más mayor, si nunca hemos fomentado esa autonomía que deriva en responsabilizarse de determinadas cosas, debemos comenzar poco a poco, con mucha paciencia y teniendo en cuenta que para nuestro hijo es un nuevo aprendizaje. No intentes que de la noche a la mañana adquiera la habilidad de responsabilizarse porque acabaréis frustrados los dos.

En este punto, podemos iniciarlo pidiendo su colaboración. En el post ¿Cómo consigo la colaboración de mi hijo en casa? encontrarás trucos de como hacerlo y además está explicado que pasos podemos dar a la hora de enseñar a nuestros hijos a realizar una nueva tarea.

También es fundamental darles su tiempo y confiar en ellos. Es posible que ocurra que las cosas se queden sin hacer, no acudas al rescate. Habla con él y transmítele que confías en que es capaz de hacerlo y hablar sobre cuanto tiempo cree que necesita para realizarlo.

Para responsabilizarnos de algo tenemos que sentir que los demás confianza en nosotros, que creen que somos capaces y también saber que contamos con el respaldo y la ayuda necesaria si en algún momento nos equivocamos.

Trabajar el concepto tiempo

Tanto para fomentar la autonomía como para desarrollar la responsabilidad, trabajar el concepto tiempo nos puede ser de gran ayuda. Muchas veces los conflictos se originan porque nuestros hijos no son conscientes de lo que significa 5, 10, 15… minutos. No tienen interiorizado el concepto tiempo.

Para ayudarles a ello y trabajar este tema un recurso que ayuda mucho son los relojes de arena. Gracias a ellos pueden tener una referencia visual del tiempo que queda para terminar una actividad, para ir a cenar, para apagar la TV o para que llegue el momento de recoger los juguetes.

Con estos relojes podemos comenzar a trabajar con ellos la autonomía de que gestionen el tiempo y la responsabilidad de cumplir lo pactado cuando ha terminado el tiempo. En vez de que nosotros repitamos continuamente el tiempo que queda o lo que hay que hacer, pactamos en un inicio el tiempo que vamos a dedicar a ese momento y ponemos en marcha el reloj de arena.

Como hemos hablado a la hora de fomentar la autonomía y desarrollar la responsabilidad, esto no funciona de la noche a la mañana. Tendrás que trabajarlo con ellos, en el inicio quizá tengas que estar pendiente del reloj para recordar lo pactado, pero, poco a poco, ellos irán adquiriendo esa responsabilidad.

Otra gran ventaja de los relojes de arena es que puedes crear retos para los momentos en los que estáis más apurados de tiempo. «A ver si nos cambiamos en menos de 10 minutos»; «¿Intentamos estar con los abrigos puestos antes de 3 minutos»; «A ver si conseguimos meternos en la cama en menos de 5 minutos»… El juego es un gran aliado para conseguir la colaboración de los niños.

En este post de Instagram te enseño los relojes de arena que yo tengo. Me gustaron porque cada uno de ellos es de un color, lo que hace que puedan utilizarlos aunque no sepan los números 🙂

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