Colecho: Opciones, beneficios y como hacerlo de forma segura

El colecho es la práctica de que los padres y el bebé duerman juntos y son muchos los beneficios que tiene tanto para el bebé como para sus progenitores. Cuando nació mi hija mayor compre una cuna de colecho pensando únicamente en las tomas nocturnas y en la comodidad que supondría tenerla cerca. Después me di cuenta que eso es sólo una pequeñísima parte de los beneficios que tiene dormir juntos. Vamos a repasar todo lo que engloba para conocer sus beneficios y saber cómo hacerlo de forma segura.

Beneficios

Sin lugar a dudas uno de los grandes beneficios que tiene el colecho es beneficiar el descanso de todos. Si tenemos al bebé junto a nosotros los despertares nocturnos serán más cortos. Podremos atender más rápido las necesidades del niño y será más sencillo volver a dormirnos. Después de 9 meses en el útero, un lugar acogedor, calentito y silencioso, salimos a un mundo lleno de ruidos, con cambios de temperatura y demasiado grande… Sentirnos cerca hará que nuestro hijo se sienta más tranquilo. Vamos a analizar los beneficios fundamentales:

  • Mejor regulación de temperatura corporal: Igual que tras el parto se recomienda el piel con piel por la compensación y regulación de la temperatura corporal al dormir junto al bebé también se consigue. Los bebés no son capaces de regular por ellos mismos la temperatura y estar en contacto con nosotros le ayuda a ello.
  • Facilita la lactancia: Tener al bebé cerca hace que las tomas nocturnas sean mucho más sencillas para ambos. Además, las hormonas juegan un papel importante durante los seis primeros meses de lactancia. Durante las tomas de la noche se produce un mayor incremento en los niveles de prolactina (hormona encargada de la producción de leche) y con el colecho se consigue un mayor incremento de oxitocina en la madre, hormona muy importante tanto para la lactancia como para el vínculo de apego.
  • Más protegido, tranquilo y seguro: Los recién nacidos necesitan mucho contacto físico. Los sentidos que tienen más desarrollados son el olfato y el tacto. Si nos tienen cerca al dormir podrán olernos y tocarnos, algo que les calmará y hará que los episodios de llanto sean más cortos. Puedes encontrar más información sobre los sentidos de los bebés en el post Los sentidos del bebé: Desarrollo y estimulación multisensorial
  • Potencia el vínculo entre los padres y el bebé: El apego es una necesidad básica para un recién nacido y necesita que sea atendida. El vínculo que se genera durante los primeros meses de vida es muy importante. Durante los primeros 18 meses de vida es cuando se forman las bases de la afectividad y en el primer año de vida es cuando más conexiones neuronales se realizan.
  • Reduce el riesgo de muerte súbita: Es un tema controvertido en el que los profesionales de pediatría no terminan de ponerse de acuerdo y no existen estudios concluyentes sobre el tema. Pero sí se ha demostrado que durante el colecho disminuye la fase profunda del sueño, que es cuando existe mayor riesgo de muerte súbita.
  • Mayor desarrollo cerebral: Durante la fase ligera del sueño es cuando se realiza el desarrollo neuronal, por lo que también estamos ayudando a la estimulación de su desarrollo mental.
Diferentes opciones

No existe un modelo único de colecho, de hecho es fundamental que cada uno encuentre con cual se siente cómodo. Si lo que queremos es transmitir calma y seguridad a nuestro bebé no podremos hacerlo si no estamos cómodos y seguros con la decisión que hemos tomado. Hemos visto los beneficios con los que cuenta dormir junto a nuestro bebé, pero ninguno de estos será realmente beneficioso para ninguno si la decisión no parte de nosotros mismo y de un convencimiento de lo que estamos haciendo.

Los distintos tipos de colecho son:

  • En la cama familiar: El bebé comparte la cama de los padres.
  • Cojín de colecho en la cama familiar: Se comparte la cama con el bebé pero con un cojín (normalmente circular) en donde descansa el bebé.
  • Cuna pegada a la cama: El bebé duerme en su propio espacio. Estas cunas quedan ancladas a la cama familiar, a la misma altura y son una prolongación de la cama de los padres.
  • Colchón en el suelo al lado de la cama familiar: Se coloca un colchón en el suelo de la habitación de los padres. Es importante que el colchón tenga las medidas del sitio donde se va a colocar para que no quede ningún hueco donde el bebé pueda quedar atrapado.

Como decíamos es importante que nos sintamos cómodos con el modelo de colecho que elijamos. Uno de los grandes beneficios que tiene es facilitar el descanso y para eso debemos poder dormir sin preocuparnos por el bienestar del bebé. En mi caso, cuando mis hijos eran bebés no me sentía segura de dormir en la misma cama. Para mi la mejor opción fue la cuna pegada a la cama, tenía cerca a mi pequeño pero cada uno teníamos nuestro espacio. Aunque no te voy a negar que fueron muchas las tomas nocturnas en las que nos quedamos los dos dormidos compartiendo cama 😉

Cómo hacerlo de una forma segura

Es importante que tengamos en cuenta varias recomendaciones para que podamos realizar un colecho seguro:

  • El bebé debe dormir siempre boca arriba.
  • El colchón debe ser firme.
  • La cama debe pegarse a la pared para que no haya riesgo de que el bebé se caiga.
  • Asegurarte que no queda ningún hueco entre la cama y la pared donde el bebé pueda quedar encajado.
  • En un inicio lo ideal es que el bebé duerma entre la madre y la pared. Pasadas unas semanas el padre desarrollará una sensibilidad a la presencia del bebé y podrá dormir en medio de los dos.
  • No abrigar en exceso al bebé.
  • Asegurarnos que nada puede cubrir la cabeza del bebé.

No deberías dormir con el bebé si:

  • Has consumido alcohol, drogas, somníferos o alguna medicación que pueda alterar tu nivel de conciencia y tu capacidad de reacción.
  • Tienes alguna enfermedad que pueda disminuir tu capacidad de respuesta.
  • Estás muy cansada o tienes fiebre.

Una pregunta que muchos padres se realizan es ¿hasta cuándo debo realizar el colecho? La respuesta sólo la tenéis vosotros. Es una decisión muy personal que únicamente atañe a los padres. Nadie debe involucrarse ni tiene porque opinar (a no ser que hayamos pedido consejo) ya que nadie como vosotros para saber que es lo mejor para tu hijo. Dicho esto, en mi caso fue hasta que mis hijos dejaron de realizar tomas nocturnas. Una vez que dormían la noche entera y no se despertaban para comer nos dimos cuenta que «molestábamos» al bebé. Le pasamos de forma gradual a su cuarto, comenzando por las siestas del día y en unas semanas dormían en su cuarto sin ningún problema. Aunque las visitas nocturnas siguen existiendo… ¿sabes por qué? En el post ¿Por qué mi hijo me llama tantas veces antes de dormirse? te lo explico 😉

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