Convulsiones febriles

Hace una semana mi hijo pequeño tuvo una convulsión con pérdida de conocimiento, fue un momento realmente angustioso y me di cuenta que poco sabía sobre este tema… Las convulsiones febriles son algo habitual en las subidas y bajadas de fiebre, en urgencias me explicaron que no están relacionadas tanto con los grados de temperatura que tenga el niño como con los momentos en los que está subiendo o bajando la fiebre, de hecho me avisaron que puede ocurrir que tenga un pico alto de fiebre y este bien y en el momento de darle el antitérmico sea cuando se produzca la convulsión (por la bajada que provoca el medicamento).

Lo primero es saber qué es una convulsión… parece algo obvio pero todavía recuerdo como hace años, cuando mi hija mayor tenía 6 ó 7 meses me fui corriendo a urgencias diciendo que mi hija convulsionaba, cuando realmente lo que tenía eran espasmos por la fiebre. Mi hija temblaba de una forma incontrolada y se levantaba casi un palmo de la cuna, pero las convulsiones llevan asociados otros síntomas, ahora que la he vivido se la diferencia.

Síntomas que pueden darse en una convulsión:

  • Sacudidas fuertes e involuntarias del cuerpo.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Rigidez del cuerpo.
  • Ojos en blanco.
  • No controlar los esfínteres.
  • Confusión y síntomas de adormilamiento tras cesar la convulsión.

Las convulsiones febriles pueden durar entre 30 segundos hasta dos o tres minutos (nunca superan los cinco minutos) y debemos sujetar el cuerpo lo máximo posible para tratar de que no se haga daño, es importante que nos cercioremos de que no haya nada que obstruya las vías respiratorias (chupete, peluche, juguete…), y a pesar de la gran cantidad de mitos que existen, no es aconsejable meterles absolutamente nada en la boca.

Cuando vivamos un episodio de este tipo lo primero que tenemos que hacer es llamar a emergencias, darle todos los datos del niño como edad, temperatura que tenía, hace cuánto ha comenzado la convulsión, si el niño está consciente y si tiene alguna dificultad para respirar.

Durante la convulsión debemos poner al niño de lado por si vomitase evitar que pueda atragantarse y para moverle esperar a que cesen las sacudidas, tras ellas tratar de que vuelve en si y que recobre el conocimiento.  Si el niño tuviera algún problema respiratorio o el color de su piel fuera palideciendo o tornándose azul debemos decirlo inmediatamente al servicio de emergencias para que nos puedan dar instrucciones precisas de cómo debemos actuar.

Tras la valoración de mi hijo por parte de los sanitarios en casa nos trasladaron al hospital para una valoración pediátrica. Tras una primera convulsión siempre se traslada al hospital al pequeño para que le realicen una exploración más exhaustiva y quedarse una horas en observación para controlar la fiebre y ver si se repite la convulsión. A mi hijo no le repitió y tras pasadas unas horas y ver que la fiebre bajaba con los antitérmicos nos dieron el alta tranquilizándonos al asegurarnos que puede haber sido un episodio aislado. Lógicamente tenemos que controlar la fiebre y en el caso de que tuviera una nueva convulsión volver al hospital porque habría que ver la opción de medicarle. Las convulsiones tienen consecuencias neurológicas, y a pesar de que en casos aislados y que las convulsiones febriles no conllevan ningún peligro, si se diera el caso de que fueran continuas la pediatra de urgencias nos dijo que habría que medicarle.

Ahora bien, ya que estamos, vamos a dar un breve repaso al tema de la fiebre y a cómo tratarla…

Como diría @luciamipediatra, la fiebre es nuestra amiga (muy recomendable su libro Cuentos de Lucía, mi pediatra para acercar a los niños estos temas).  Es un síntoma más y juega un papel fundamental a la hora de ayudar al cuerpo a combatir la infección que tengamos ya que es el propio cuerpo el que la genera, en primer lugar para alertar de que algo no va bien y en segundo lugar para luchar contra aquello que está en el organismo. Por esta razón, no es bueno que utilicemos antitérmicos ante el menor síntoma de fiebre, en los más pequeños, los pediatras recomiendan hacer más caso al estado del niño que a la temperatura que marque el termómetro.

Dicho esto, en el caso de mi hijo pequeño, al haber tenido una primera convulsión febril debemos tener mucho más cuidado con la fiebre, ya que como hemos dicho al principio es más fácil que ocurran tanto en las subidas como en las bajadas de fiebre, por lo que es recomendable que cuando veamos que la fiebre está comenzando a subir le demos un antitérmico para evitar que el escalonado sea tan alto. Supongo que estas precauciones deberán ser durante un tiempo hasta ver como evoluciona y si tiene más episodios, lo iremos valorando con su pediatra.

Lo que nunca debemos hacer para bajar la fiebre es utilizar duchas o paños con agua fría, está absolutamente contraindicado y es muy peligroso, justamente por lo que estamos hablando, las subidas y bajadas rápidas no son buenas y hacen que el cuerpo pueda reaccionar convulsionando. Lo más recomendable es destapar al niño, no abrigarle en exceso (tenerle con ropa ligera), que la temperatura ambiente no sea muy elevada y ofrecer continuamente líquidos para evitar una deshidratación.

La fiebre es muy escandalosa y creo que a todos nos asusta cuando nuestros pequeños la tienen pero tenemos que tratar de dejarla actuar para que los niños desarrollen un sistema inmunológico fuerte y sano.

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2 comentarios en «Convulsiones febriles»

  1. Juan de Argentina dice:

    Rosa, gracias por toda la información! Lamento hayas tenido que pasar por esa situación y me alegro que tu pequeño esté bien.
    Saludos
    Juan

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