Los dientes, mitos y realidades

La salida de los dientes suele ser un momento que oscila entre la emoción , la preocupación y el agobio. La erupción del primer diente suele ser en torno a los seis meses (¿sabías que comienzan a formarse en la quinta semana de gestación?), momento en el que también se comienza con la alimentación complementaria y donde el bebé también inicia el poder desplazarse, es decir, es un momento con muchísimos cambios para el pequeño, todos al mismo tiempo… “Existen multitud de procesos víricos que afectan a los lactantes”, nos explica Isabel Tarjuelo Amor, odontóloga especializada en ortodoncia, por ello, no todo debe asociarse con la salida de los dientes a pesar de que coincidan en el tiempo.

Isabel nos cuenta como la erupción dental primaria es un motivo de consulta muy frecuente en pediatría de atención primaria porque los niños se encuentran más inquietos, llorones, babean más, la encía puede encontrarse inflamada y enrojecida y se llevan las manos constantemente a la boca, pero “asociar fiebre y alteraciones digestivas no deja de ser polémico y no existen estudios que lo avalen”, afirma. A pesar de ello nos explica como la Academia Americana de Pediatría afirma que puede existir un pequeño aumento de temperatura corporal, pero eso sí “si dicha temperatura alcanza los 38º o más, probablemente no es debido a la dentición”, asegura.

En torno a los tres meses los bebés suelen comenzar a meterse las manos en la boca y a babear más y en ocasiones muchos padres se preguntan si es posible que sus hijos comiencen con la dentición “tan pronto”, sin duda cada niño es un mundo y podría ser, pero lo más lógico sea que el pequeño este explorando, ya que sobre esa edad su visión ha mejorado mucho y comienzan a descubrir todo lo que hay a su alrededor, ¡uno de los grandes descubrimiento son sus propias manos! Uno de los sentidos que se tiene más desarrollado desde que nacemos es el gusto, por eso los pequeños se meten todo en la boca, porque es su forma de explorar aquello que tienen a su alrededor.

Por otro lado, cada niño es un mundo y las reacciones a la gran cantidad de cambios que experimentan son muy diversas. Mi hija mayor nunca tuvo nada de fiebre que pudiera asociar a la salida de los dientes, pero en cambio vivía con el culete en carne viva, mientras que mi hijo pequeño ha coincidido que cada vez que le ha “roto” uno ha tenido décimas de fiebre durante 24 horas. Ahora bien, la mayor ahora ha comenzado con el recambio de los dientes y durante 24 horas ha tenido décimas de fiebre…

Higiene dental

La higiene dental es muy importante y es fundamental que la incorporemos a las rutinas de nuestros hijos desde que son pequeños, Isabel nos aconseja enseñarles a lavarse los dientes, hacerlo dedicándole tiempo y pasando el cepillo por todos las piezas dentales y la lengua. “Debemos ser ejemplo también en esto y no trasmitirles que es algo aburrido y que si no lo hacen tendrán que ir al dentista porque luego querremos que no tengan miedo de ir”, explica.

Involucrar a los pequeños en el lavado de los dientes es importante para que adquieran el hábito, por lo que es bueno que sean ellos los que lo hagan, pero debemos tener en cuenta que hasta los 7 u 8 años no tienen habilidad suficiente para realizarlo de una manera óptima, por lo que deberemos repasar ese cepillado.

Hasta que los dientes no hayan salido no hay peligro por la aparición de caries, aunque a pesar de ello se recomienda pasar una gasa por la encía. Una de las dudas más frecuente entre los padres es cuál es el momento para realizar la primera revisión dental, Isabel nos comenta que lo ideal sería que alrededor del primer año se realizase una valoración por un odontopediatra, “ir al dentista no quiere decir tener que realizar un tratamiento, de lo que se trata es de prevenir posibles daños y asesorarnos sobre cómo identificar los buenos y los malos hábitos”, nos explica.

Una vez que ha salido el primer diente, la odontóloga Tarjuelo nos da las siguientes recomendaciones de higiene dental en función de la edad:

  • Entre 3 meses y 3 años: Cepillarse dos veces al día con una pasta de 1.000 partes por millón (ppm) de flúor en cantidad mínima (aproximadamente como un grano de arroz)
  • Entre 3 y 5 años: Cepillarse los dientes como mínimo dos veces al día con una pasta de 1.000 ppm de flúor en cantidad similar al tamaño de un guisante.
  • A partir de los 5 años: Cepillarse un mínimo de dos veces al día con una pasta de dientes como mínimo de 1.450 ppm en cantidad similar al tamaño de un guisante.

Las partes por millón de flúor en la pasta de dientes es algo fundamental, ya que el flúor es un mineral que ayuda a la prevención de caries, por lo que es importante que antes de comprar una pasta miremos este dato. Los dibujos en el bote son un gran reclamo para los más pequeños pero si os fijáis bien en la composición muchas de ellas no llegan a la recomendación mínima de 1.000 ppm 🙁

Las caries no tienen carga genética, es una enfermedad multifactorial que depende de la higiene bucal, de la transmisión temprana de bacterias de la saliva materna, de dieta rica en azúcares, alimentación nocturna, susceptibilidad del individuo… “Las bacterias proceden de los padres (al pasar la comida, dar besos en la boca, soplar para enfriar alimentos…) y más aun si los padres han tenido caries activas en el último año, está demostrado que es un factor de riesgo para la aparición de caries en menores de tres años”, afirma Isabel.

Las caries en los dientes de leche debe ser algo que nos preocupe y que tratemos, a pesar de que no son dientes definitivos debemos tener especial cuidado con ellos porque están directamente relacionados con que nuestros hijos tengan un buen inicio con la alimentación gracias a una correcta masticación, además de que sirven para que hablen correctamente y para mantener el espacio para los dientes permanentes. Isabel no tiene ninguna duda de que una boca libre de caries en la infancia está directamente relacionado con una boca sana en la edad adulta. De hecho nos explica que “si existe una infección en los dientes de leche, los dientes permanentes, que se encuentran justo debajo, pueden verse afectados”.

Las tetinas siempre han sido un tema de controversia en cuanto a la dentición, a pesar de ello, la succión del bebe es algo necesario para un buen desarrollo de la boca. En el caso de que nuestro hijo tome biberón se debe intentar que el orificio de la tetina tenga un flujo similar al que tendría el pecho materno y el bebé debe tener una posición vertical durante la toma “así el bebé realiza ejercicios de succión con mayor esfuerzo y se promueve un buen desarrollo de sus maxilares”, nos explica Isabel.

El uso del chupete también crea controversias sobre si influye de manera negativa en la dentición o no. Según nos explica Isabel se han realizado distintos estudios que demuestran que si se retira a tiempo (entre los dos y los tres años) es un instrumento muy útil tanto para los niños como para los padres. “Si se abandona el hábito entre los 2-3 años no llega a producirse malformaciones en la articulación temporomandibular ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva”, aclara.

“No está demostrado que el uso del chupete hasta los 3-4 años se relacione con alteraciones en los dientes, sin embargo el uso en niños mayores sí está relacionado con la aparición de mordida abierta, aunque para que estas malformaciones sean evidentes es necesario ejercer una presión más o menos constante durante varias horas al día”, nos explica Isabel.

Recambio de los dientes

Por lo general, el cambio dental se produce alrededor de los seis años, sin embargo algunos niños empiezan a realizar el cambio a los cuatro años y otros a los siete. “Es la pérdida precoz de los dientes a lo que debemos prestar atención y consultar con el odontopediatra u ortodoncista ya que puede ocurrir que la caída se haya producido sin que el diente definitivo esté listo para salir”, nos advierte Isabel.

Más allá de tener una sonrisa bonita, una buena colocación de los dientes repercute en la salud genera, favoreciendo que los dientes encajen bien entre ellos y procurando la completa masticación de la comida. Este hecho además, facilita la higiene dental, tal y como nos explica Isabel impide en cierta manera la proliferación de bacterias y la aparición de problemas en las encías como la gingivitis y la enfermedad periodental.

La posibilidad de que nuestro hijo vaya a necesitar ortodoncia es un tema que nos preocupa a muchos padres, se ha tenido la falsa creencia de que este tipo de tratamientos se deben realizar cuando se hayan cambiado todas las piezas dentales pero la prevención y el tratamiento precoz de determinadas situaciones pueden ayudar a que los tratamientos sean menos agresivos. “No es recomendable hacer caso a las recomendaciones de profesionales no ortodoncistas de tratar cuando cambie todos los dientes, porque a veces nos encontramos con tratamientos más agresivos para el paciente por no haberlos podido valorar en edades más favorables”, nos advierte Isabel.

Si nuestros hijos no han tenido ninguna anomalía, lo más indicado es que realicemos una visita al ortodoncista alrededor de los seis años, cuando inicien el recambio de los dientes, aun así Isabel matiza que “no existe una edad ideal, sino una indicación de solucionar la mala oclusión siendo lo menos invasivos posible y eso debe diagnosticarlo un ortodoncista”.

La salida y el recambio de los dientes es un tema de vital importancia al que debemos dedicar especial atención, y sobre todo tratar de quitarnos todos los temores que envuelven a los especialistas en esta materia. En España, hasta que los niños no tienen todos los dientes definitivos la seguridad social no cubre ningún tratamiento más allá de las consultas, pero como hemos visto los dientes de leche son de gran importancia tanto para la alimentación como para el desarrollo del habla, además de que cualquier anomalía en ellos puede repercutir a los dientes definitivos.

Isabel Tarjuelo Amor, es licenciada en Odontología por la Universidad Europea de Madrid, postgrado en Ortodoncia por la Univesidad Jiménez Díaz y cuenta con un máster en Ciencias Odontológicas en la Universidad Complutense de Madrid. Desde el 2007 práctica la ortodoncia en exclusiva. Si quieres conocer un poco más de ella pincha AQUI

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